Cerramos la serie de textos sobre los juegos definitorios del fútbol americano con la celebración del llamado Super Bowl, que define al campeón de la temporada de una de lasorganizaciones deportivas más sólidas del planeta, aunque no tenga alcance global al nivel del fútbol, por ejemplo. En esta edición, resultó sorpresiva la llegada de los equipos contendientes, que en septiembre no aparecían como probables para llegar a estas instancias. Refrescante para cualquier liga que, además de contar con las grandes franquicias ganadoras, se logren coronar conjuntos distintos para dar la campanada, sobre todo con el propósito de romper la predictibilidad, que mata cualquier emoción.

Con toda la parafernalia del caso, incluyendo una presentación tipo lucha libre de La Roca, arrancó el partido. Primera ofensiva de los Carneros de Los Ángeles y en tercera y largo optaron por jugar conservadoramente, decepcionando de entrada a la tribuna, mientras que Los Bengalíes de Cincinnati se la jugaron en cuarta y fallaron: dos formas distintas de empezar con idénticos resultados. En su siguiente oportunidad, los de casa rompieron el cero, aprovechando su buena posición de arranque a la mitad del campo, con atrapada de Beckham jr., quiendespués tendría que salir del partido por una lesión. Tras un par de sendas ofensivas fallidas, los de Ohio se acercaron con gol de campo, todavía en el primer cuarto, gracias a gran recepción de Chase que dejó la mesa puesta, misma que solo alcanzó para tres puntos.

Para el segundo cuarto, un par de prolongados ataques, ya sea en yardaje o tiempo consumido: primero los californianos volvieron a anotar de seis gracias a una atrapada de, por supuesto, Kupp, aunque fallaron la conversión de dos puntos, intentada después de una falla en la colocación del balón para el pateador. Respondieron bien los enfundados en negro con sostenido avance de más de siete minutos, culminado por la anotación de Mixon en jugada sorpresa, dejando el marcador 13-10 y toda la definición para la segunda parte, dado que los intentos finales de ambos conjuntos no llegaron a buen puerto, incluyendo una intercepción a Stafford y un fallido avancecomandado por Burrow, sufriendo una captura tal como le sucedió a lo largo de la temporada.

Cargado de simbolismos en la escenografía y las posturas, el medio tiempo desplegado en el estadio SoFi de Inglewood, fue un viaje a Compton, representado por los diseños arquitectónicos, y por la cultura del Hip-Hop, guiados por algunos de sus puntales desde finales de los años ochenta: travesía liderada por Dr. Dre, jefe orquestador de la pandilla, primero apareciendo con Snoop Dogg para cantar The NextEpisode y dar paso a California Love. 50 Cent presentó In Da Club en un mundo de cabeza y apareció con plena convicción Mary J. Blige, interpretando Family Affair; vendrían KendrickLamar con Alright, entre bailarines de movimientos robóticos, y Eminem con Forgot About Dre cual intro para Lose Yourself, culminando arrodillado (al estilo Kaeperncik) y bien cobijado por la banda de Anderson .Paak, dándole con espíritu rebelde a la batería. Para cerrar, entre todos compartieron la autocelebratoria Still Dre.

Regreso al partido. Sin decir agua va, los felinos se fueron al frente apenas arrancando la segunda mitad gracias a un pase profundo de Burrow en el que hubo un jalón de careta ofensiva que no se marcó. Para acentuar su buen arranque, interceptarony sacaron otros tres puntos para alejarse a un touchdown, viviendo su mejor momento. Reaccionaron justo a tiempo los Carneros y en la siguiente posesión lograron acortar la distancia vía un gol de campo, para abrir paso a un dominio absoluto de las defensivas, ante el temor de cometer un error por parte de los ataques: mejor no conseguir la marca a entregar la pelota en zona comprometida. 

La tensión a tope con siete ofensivas consecutivas que no lograron modificar la pizarra, hasta que con poco más de seis minutos, los anfitriones lograron establecer una consistente avanzada de 79 yardas que terminó angustiosamente con atrapada de Kupp en la zona de anotación, dándole la vuelta al marcador. Con menos de minuto y medio, los Bengalíes iban en busca de los tres puntos para mandar el partido al terreno de los tiempos extra: avanzaron bien en sus primeras jugadas pero después falló la conexión y se quedaron atrapados en medio campo. Se quedaron a quince yardas del intento de gol de campo, mientras la celebración angelina empezaba a explotar con el definitivo 23-20 a su favor.

Tras temporadas previas donde habitaron el fondo de la tabla, los Bengalíes muestran que se puede dar un salto felino más rápido para alcanzar una campaña ganadora, contra la idea de que los equipos solo pueden lograrlo tras largos procesos de construcción. Aquí les faltó, en ciertos momentos, conseguir esas yardas difíciles, apretadas. Por su parte, los Carneros tendrán la tarea más complicada: no se trata de llegar, sino mantenerse. Han alcanzado su segundo título de la NFL, siendo el mejor equipo en la postemporada, además de triunfar en su casa. Tienen con qué defender la corona para la siguiente campaña.