Undécima entrega sobre los torneos que se juegan en simultáneo, ya entrando en zonas de primeras definiciones. Esta vez, solo partidos en canchas europeas.

LA EUROCOPA QUE NO PARA [XI]

Se definieron las posiciones del grupo D en función de lo esperado en cuanto a resultados, si bien con partidos más parejos de lo que cabría pensar al inicio.

Matar o morir

Con la consigna para ambos de obtener el triunfo, dado que el empate los dejaría fuera, Croacia y Escocia salieron al campo con la mira puesta en la meta contraria. Después de un par de avisos escoceses, la presión de los hombres enfundados a cuadros empezó a producir tendencia hasta que un gran servicio de Perisic con la cabeza fue concretado por Vlasic con disparo por abajo al 17’. Con el vuelo de la ventaja, los croatas siguieron al frente comandados por su histórico capitán, quien lanzó peligroso tiro, cual premonitorio mensaje, que desvió en lo alto el arquero; los británicos, en tanto, no daban muestra alguna de derrotismo y seguían luchando, hasta que en un rebote, McGregor remató a ras de pasto para emparejar hacia el final de una luchada primera parte.

Primer avance digno de mención por parte de los balcánicos cerca del arranque del segundo tiempo, detenido bien por el guardameta y respuesta minutos después por parte de los escoceses con incisivo centro a segundo poste: la tensión del empate se hacía insoportable. Y para poner orden, apareció el talento de Modric, jugando más adelantado, con disparo fuera del área que tomó trayecto imposible por el exquisito golpeo con la parte externa del zapato: una obra a la altura de su artista. El propio Perisic aseguró el triunfo con peinada precisa en tiro de esquina al 77’, cobrado por el mismo Modric. Escocia regresó a un torneo importante por primera vez en el siglo XXI y a pesar de quedar fuera, brindó un honorable desempeño a los suyos, mientras que Croacia alcanzó la segunda posición del grupo.

Por el liderato

Sin jugar a la altura de las expectativas pero cosechando puntos, Inglaterra se enfrentó a la República Checa, también con buen puntaje al llegar a este tercer partido. Como ha sucedido en los anteriores encuentros, los británicos fueron de más a menos, o si se quiere, de una presión y disposición ofensiva, a un proceso de gestión del resultado. No fue la excepción: Sterling puso una pelota en el poste muy pronto que acabó siendo la antesala de su gol al 12’ en remate de cabeza a pie de portería. Parecía que los ajustes en posiciones y hombres daban tempranos resultados. Alguna otra opción local y un disparo de los checos que obligó al portero a lucidora desviada cerca de la media hora, como para aminorar el control rival, ya más de mantenimiento que de propuesta.

En la segunda parte, los checos inquietaban y le planteaban preguntas a la defensa de los Tres Leones, rugiendo cada vez menos al frente, más allá de una anotación que terminó siendo anulada; entre varios cambios, mantenían la diferencia mínima aunque suficiente para cumplir a secas, a pesar de algún disparo peligroso que buscaba el tanto del empate, ya en el tramo final del partido. Inglaterra avanza en primer lugar de su grupo sin recibir gol pero exhibiendo un estilo demasiado calculador y con escaso vigor al frente, que deberá fortalecer para el duro compromiso por venir, mientras que la República Checa bajó hasta el tercer puesto del grupo, posición que le va a presentar dificultades en la siguiente fase por el tipo de rival que le espera.

Microcuento

Había pasado más de una año sin ir al estadio, tal como lo hacía cada dos semanas junto con él, desde hace medio siglo. La pandemia los había mantenido en confinamiento. Ahora regresó y ocupó el asiento de siempre con un gesto de emotiva nostalgia: estaba otra vez en la grada pero sin su acostumbrado acompañante, víctima de ese virus que los tomó, igual que a todos, por sorpresa. Al escuchar el silbatazo inicial, fue invadida por un cúmulo de contrastantes sensaciones, mientras se sumaba al cántico comunal.