Qué bien se siente y sienta, sentarte en una sala de cine y ver algo honesto, bien hecho, con mucho corazón, y que esa película sea mexicana.

La directora mexicana Claudia Santa-Luce presenta su ópera prima Los insólitos peces gato, donde cuenta la historia de Claudia (Ximena Ayala), una demostradora de alimentos de supermercado que tiene una rutina solitaria entre el trabajo y su dormitorio. Una noche cae en un hospital donde conoce a Martha (Lisa Owen) y a sus hijos Alejandra, Wendy, Mariana y Armando, una familia clasemediera (de esas que prevalecemos en éste país y que se olvida retratar en la mayoría de las películas mexicanas, donde sólo existen los muy pobres o los muy ricos). Ellos ganan la confianza de Claudia, y ella se adapta a esta familia que lucha con la enfermedad de su mamá en una rutina enloquecedora.

Si algo hay que aplaudir es que no se excede, no hay 6 maldiciones por cada escena, no hay acentos odiosos, no hay desnudos injustificados, no hay fatalidad telenovelesca.

Es de resaltar la participación de la fotógrafa francesa Agnes Godard, que junto con la directora y sus encuadres, no tienen miedo de poner tan cercanos a los personajes. Sobresalientes las actuaciones de Lisa Owen, la ya familiar Ximena Ayala y la simpática Wendy Guillén.

Por si alguien establece comparaciones entre Little Miss Sunshine y Los insólitos peces gato: puede haber aquí guiños como el vehículo amarillo, la familia disfuncional y un viaje, pero qué mejor que aprender de buen cine, que te salga una buena película y que no utilices medios baratos para conmover.