CRÍTICA
Tachas 539 • El origen: ¿determinismo o causalidad? • Oskar Miguel López Flores
Oskar Miguel López Flores

El argumento cosmológico Kalam es una formulación moderna de la tesis cosmológica monoteísta sobre la existencia de una deidad suprema o Dios. Dicha hipótesis se inquiere tomando como base dos premisas de carácter físico: Todo lo que comienza a existir tiene una causa, y el universo empezó a existir, y que, por lo tanto, el universo tiene una causa; un silogismo simple que implica la noción absoluta de causalidad como principio de la existencia, contradiciendo así la idea de que algo puede producirse por fruto de espontaneidad.
Sin embargo, desde mi punto de vista, dicha aseveración resulta imprecisa pues, después de todo, afirmar y restringir la concepción de causalidad universal a una lógica sustentada en un juicio determinista, discrimina un sinnúmero de variables y fenómenos aparentemente no-causales que en sí mismos son parte medular para la construcción de un modelo lógico plausible de nuestra realidad.
Por lo que, en el presente texto se pondrá en tela de juicio la veracidad de esta proposición, haciendo uso de una de las herramientas disciplinarias fundamentales para la validación e interpretación de aquellos hechos de incertidumbre: La física. Esto con la finalidad de llegar a una conclusión que, aunque deductiva y subjetiva, cumpla con los elementos necesarios para sostenerse y defenderse dentro del marco del debate.
Primeramente, para la ratificación o rectificación de un argumento es necesario analizar la validez de sus premisas:
La primera premisa sostiene que todo lo que empezó a existir se rige por un principio de causalidad, sin embargo, aquellos fenómenos no-causales tales como los fenómenos cuánticos han supuesto una ruptura con esta acepción. Durante el desarrollo de la teoría cuántica se han propuestos dos interpretaciones para esta: “La interpretación de Copenhague”, la cual propone que los fenómenos cuánticos son genuinamente extraños, y estos son efectivamente indeterministas; y la teoría de variables ocultas, que propone que el indeterminismo de la mecánica cuántica proviene de las limitaciones epistémicas, y que, por lo tanto, la mecánica cuántica es una teoría en la cual existen variables que se ocultan a las pruebas experimentales, siendo así una teoría determinista.
Con base en esto, John S. Bell, físico experimental de la Universidad de Queen de Belfast, propone su teorema el cual afirma “Ninguna teoría física de variables ocultas locales puede reproducir todas las predicciones de la mecánica cuántica”. Adicionalmente, Bell presentó las denominadas inecuaciones de Bell las cuales están fundamentadas en la estadística causal. Diversos experimentos a lo largo de la historia han evidenciado la violación a las desigualdades de Bell, comprobando así la validez de su teorema. Entonces, efectivamente los fenómenos cuánticos son no deterministas y, por ende, no causales.
Por otro lado, la segunda premisa del argumento afirma que el universo tuvo un origen. Para empezar, el uso único del concepto de “Big Bang” para entender el génesis del universo, no permite comprender con precisión los acontecimientos ocurridos durante los primeros instantes infinitesimales de éste. “Acorde a los modelos cosmológicos contemporáneos, se tienen modelos teóricos para los acontecimientos que ocurren posterior al instante 𝑡 =, previo a ello, es especulativo”, Hideki Yukawa, físico japonés.
El modelo teórico más aceptado por la comunidad científica es la teoría inflacionaria, que explica que el universo no proviene de una explosión violenta, sino de un proceso inflacionario homogéneo. La teoría inflacionaria nace principalmente como una propuesta con el fin de resolver uno de los grandes problemas de la cosmológica, el problema del horizonte. Esta teoría sugiere que el universo tuvo un proceso de inflación acelerada que culmina con el inicio del “big bang”, es decir: se requieren de estados previos al universo. Adicionalmente, existe la propuesta de teorías preinflacionarias (teorías que describen estados del universo previos al proceso de inflación), que, en conjunto, resolverían esta cuestión.
En conclusión, gracias a la física y sus vertientes es válido calificar de inverosímil al argumento cosmológico, o mínimamente, afirmar que éste no se encuentre avalado por los paradigmas científicos contemporáneos.
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Oskar Miguel López Flores (Veracruz, 2008) es alumno de Prepa Upaep Santiago.