jueves. 19.09.2024
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Tachas 586 • Señales • Jeanne Karen

Jeanne Karen

Imagen generada con IA
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Tachas 586 • Señales • Jeanne Karen

Estuve todo el día pensando muchísimo en la necesidad de escribir, pero sin llegar a la hoja en blanco o a la computadora. Las horas caen cada vez más pesadas conforme se acerca el otoño, la luz entra por la casa como si fuera una luz extranjera, casi sin conocer el lugar, sin esconderse por los rincones donde durante la primavera habita, donde se detiene y crea nidos, espacios, vidas.

Ahora me cala directamente en los ojos, a cada que paso que doy por el comedor su fuerza parece atravesar mi mirada, es mucha, es increíble pero no sirve para ver.

El acto de mirar no es lo mismo que poseer la gracia de percibir las señales. No es solamente notar la delicada existencia de algo nuevo, de algo distinto, no. Darnos cuenta de las señales implica descifrar, tener un prodigio, aunque dure pocos segundos, aunque sea como esa misma luz de la que hablamos, que entra por las habitaciones y se hace. Así esa mirada que está fuera del mirar, fuera del ojo. Es un mirar como con todo el cuerpo, con la conciencia, con el alma (si acaso creemos en ella o nos ha sido asignada una); como tocar desde lejos, palpar, saborear, oler, todo al mismo tiempo, para después tener una revelación, una idea, un conocimiento.

No siempre encontramos señales, pero tengo la convicción de que están ahí, de que son. Es quizá, por ejemplo, un aprendizaje que se quedó en el fondo del cajón más viejo de la memoria y que por alguna razón surge, se presenta. Por lo tanto la naturaleza de las señales es compleja, hay quienes gustan de leer las señales en el cielo, en el agua, en la belleza, hay otros que las encuentran en la literatura, en el arte, en la poesía y los afortunados, tal vez en el amor.

Entre más leemos: la existencia, las cosas, los libros, los poemas, es más fácil conectar con las señales, unir los puntos, zanjar los caminos, dirigirnos al sitio exacto casi sin ver la brújula. 

Si leemos lo mismo, las mismas cosas, los mismos libros, los días idénticos, nuestra destreza para encontrar una señal se dispersa, se pierde.

Las palabras son como las grandes señales luminosas en las ciudades. Hace poco leí en algún sitio que la gente detesta encontrar palabras extrañas, palabras nuevas en un texto, ¿pero ¿cómo van a aprender, ¿cómo van a vivir? Dando vuelta a las mismas palabras, como esas aves que han enloquecido y viajan solas, dando círculos en el aire, yendo contra los vientos, contra ellas mismas.

Identifiqué para mí nuevas señales, con puntualidad. El momento, el instante, la gran oportunidad de salir de algo que ya no me gusta, que no disfruto. Hay un grupo, un chat de whatsApp, que se había creado para cuestiones interesantes, pero de pronto se volvió la plaza pública, el punto exacto para quemar a las brujas de la red o a las supuestas brujas y sus secuaces. No es mi rinconcito ya, no entra en mi extraña cartografía. 

Prefiero ir en busca de nuevas señales, de esas cosas que crean desde la nada y nos hacen pensar que nuestras historias están todavía llenas de sabiduría, de alegría, de gozo, y que no somos el público que espera la horca, ni los miserables aplauden a los verdugos. 

Quiero sentir que soy parte de los que descubren, de los que caminan unos cuantos pasos adelante, que mueven las ramas, las espinas, y pintan líneas rojas, amarillas, verdes o azules para regalar otros horizontes.




 

***
Jeanne Karen 
(San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).

Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).


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