lunes. 09.06.2025
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Opinión • ¿Mozart o el beisbol? • José Manuel Carrillo

“Radio UG prefiere transmitir acciones del deporte profesional que reconocer el esfuerzo de músicos de la OSUG…”
Opinión • ¿Mozart o el beisbol? • José Manuel Carrillo

Radio UG prefiere transmitir acciones del deporte profesional que reconocer el esfuerzo de músicos de la OSUG.

Desesperados, contrariados, algunos escuchas pensaron que se trataba de uno de esos contratiempos que suceden con frecuencia en los aparatos electrónicos; querían oír el Cuarteto 19, creado por el más grande músico de todos los tiempos; en cambio, oyeron la voz de un locutor que narraba los lanzamientos del pítcher, o las atrapadas en los jardines. Conforme pasaba el tiempo se dieron cuenta que estaban escuchando las acciones del juego de beisbol entre los Bravos de León y el Águilas de Veracruz.

Los radioescuchas no sabían qué estaba pasando hasta que oyeron la identificación de la radiodifusora: “Radio Universidad de Guanajuato, transmisora oficial de los Bravos”. Las acciones del deporte profesional se desarrollaban en el parque Domingo Santana, ubicado en la ciudad industriosa del Bajío, mientras en el Museo Iconográfico del Quijote se realizaba el programa más reciente de los “Jueves Musicales del MIQ”, que incluía también al Cuarteto no. 10 de Shostakovich.

Radio Universidad de Guanajuato prefirió al deporte profesional de los bates, la pelota y las manoplas, a los violines, viola y violonchelo del Cuarteto Bayún, integrado por músicos de la OSUG; tal vez el más afectado fue el público fiel seguidor de los músicos universitarios, que sigue a sus artistas no tan solo en el grupo orquestal sino también en los conjuntos de cámara, y es que, por ejemplo, en el caso del Bayún, Dmitri Kiselev, concertino de la orquesta universitaria, ha logrado, con la dedicación de sus 3 jóvenes alumnos y compañeros, casi la excelencia.

¿Ganaron o perdieron Los Bravos? Eso no importa mucho. Pierde Radio UG al despreciar al público y a los artistas universitarios. Mientras tanto, Mozart sigue siendo el niño prodigio, el músico más importante de todos los tiempos; y Shostakovich, un gigante, ambos creadores han demostrado porqué los cuartetos son obras llenas de sentimiento, tanto que sus cantos semejan una conversación de ángeles.

¿Será que las autoridades de la UG, como los de Pedrones, confunden lo grandioso con lo grandote, como lo recuerda Jorge Ibargüengoitia en “Estas Ruinas que ves”?

A lo mejor piensan que al transmitir las acciones del deporte profesional ganarán más auditorio; tal vez, pero poco a poco pierden su esencia.